El Mentidero

Algo que decir sobre el 2022

Por Luis Enrique Araoz

Lo que tiene como finalidad introducir el texto.

Hace unas semanas estaba en una reunión cuando una tía me comentó que, según la cosmovisión de los mayas, el pasado estaba enfrente y el futuro atrás, porque solo era el pasado lo que podíamos ver. 

En mi mente estuve yo, durante el resto de la velada, caminando en reversa por la vida. Usando todo lo que tenía en mi memoria como el recurso esencial para medir mis siguientes pasos. 

Ya alguna vez había leído en algún libro que sin el recuerdo viviríamos en la absoluta ceguera. Además, la memoria se convierte también en nuestro generador individual de perspectivas. Gracias a ella, podemos ver qué hemos hecho y cómo lo hicimos. Además, plantea una responsabilidad hacia el futuro: si los actos recordados conllevan un lamento, el recuerdo ayuda a evitar los mismos errores, en cambio, si los actos son dignos de celebrarse, el recuerdo visualiza las vías de repetición. Ante todo, recordar permite mejorar. 

El único problema es que los recuerdos tienden a la imprecisión. Nos hacen decir cosas como “alguna vez leí en algún libro”. El mecanismo de la memoria trabaja desde las sombras. Es abstracto, evoca movimientos, gestos, impresiones, alimenta por igual sueños y pesadillas. Y generalmente cambian los recuerdos en el tiempo de nuestra mente. Este cambio nos confunde, nos puede llevar a la mentira, al falso orgullo. Y es para combatir esa imprecisión que existen los registros. Estos responden a lo concreto. 

Donde doy razón, a mi parecer, de todo lo dicho anteriormente

«El 2022 fue un año de retos impuestos desde el interior de nuestra Compañía. Nos planteamos […] atender la demanda de artistas por espacio y del público que ya reconoce El Mentidero como un lugar único para encontrarse con el arte de calidad.»

Esto lo dice Paulo Galindo en el documento llamado Memoria 2022, donde registra, como en el ejemplo anterior, lo que se plantearon al iniciar el año y lo que se logró. El objetivo de esta Memoria no es solo presentar datos fríos, estadísticas, gráficas donde se comprueba si lo que se plantearon o no tuvo efecto, sino que también registra algunos resultados de lo que fue el primer Festival Internacional de Artes Escénicas en Hermosillo (llamado DMT), el reto que conllevó coordinar este esfuerzo. 

Pero decir ahora qué puede encontrarse en el documento me parece un esfuerzo…, cómo decirlo… Simplemente un esfuerzo que no va conmigo. Los datos están ahí para quien quiera consultarlos. Ahí pueden ver qué compañías vinieron, qué artistas se presentaron, cómo es que se dobló en cantidad el público asistente en comparación con el 2021, cómo adquiere sus recursos la Compañía Teatral del Norte y qué hace con el dinero, si se ganaron premios, cuáles fueron los titulares en periódicos, etc. Entonces, mi labor de generar este registro debe ser otro. Así quiero que sea. 

Recuerdos y confesiones

Yo llegué a colaborar con esta compañía precisamente en el año 2022. Si bien tengo amigos que trabajan ahí, lo que verdaderamente me llamó fue el nombre de su casa. Un lugar donde se hacen mentiras, eso fue lo primero que pensé. Acudí como voluntario varias veces. Limpié en una ocasión la bodega. Apliqué pegamento a un zoclo que se puso en los baños. Puse unos reflectores sobre el escenario. Acaricié cada vez que pude a la Lupona, el nahual que vive ahí desde quién sabe cuándo. Pero luego mi participación cambió. Paulo y Sergio Galindo me dijeron que requerían de alguien que escribiera. Querían abandonar la abstracción del recuerdo, querían que quedara un registro de lo que ocurría en ese espacio. Y yo tomé esa encomienda. 

Lo hice sabiendo que no era algo fácil. Aquí puedo permitirme un atisbo del porqué. El proceso de escribir es hostil. Me aísla. Entorpece mis habilidades sociales. Paso demasiado tiempo en mi cabeza. Todo esto es el saldo de mi escritura. Pero mi pasión se alimenta con esta actividad. Por eso a veces entraba a El Mentidero y no hacía más que registrar detalles en una libreta. Los rostros deformados, extremidades que rozan el límite de su flexibilidad, luces cambiantes, voces que alcanzan niveles extraordinarios. Como dije en uno de los primeros textos escritos, preferí en toda ocasión no interactuar con artistas, porque no quería que mi impresión de lo vivido en ese espacio se viera alterado por las ideas que dan causa a obras –que unas veces son enigmáticas y otras tan claras y contundentes como las frases que escucho salir de boca de mis tías–. Lo que busco es generar en mente ajena cómo vivo la experiencia. Y llegaba a casa a escribir, a interpretar esa extraña caligrafía ciega muy parecida a la que leemos en las recetas médicas.

Cabe en este apartado detenerme en una verdad primordial: llegué a escribir sobre las obras cuando el año casi acababa, esto alrededor de noviembre. Es decir, me perdí de gran parte del trabajo que ahora he visto cómo, en estos pocos meses que llevamos del 2023, arranca con amenazas de mejorar, enfrentándose a una agenda saturada de actividades. La Compañía Teatral del Norte, como ocurre con cualquier compañía que se toma en serio su trabajo, no para. Me recuerda a algo que aprendí en la práctica y que David Lynch dice en un documental: la vida artística es una vida llena de trabajo. Y esto es así porque cuando no estás en plena función o producción, estás con una idea que lleva algunos días fermentándose, procesando acontecimientos que tendrán solo posibilidad de enmarcarse desde nuevas perspectivas gracias a la ficción. Pero creo que llegué en buen momento, ¿por qué digo esto?)

Efervescencias

Llegué para ver cómo El Mentidero se transformaba en sede de un festival de danza, música y teatro. En aquel entonces se decía que, ante la llegada de los tres festivales (el de cine, el de la música y el anteriormente mencionado), Hermosillo se convertía en un lugar de efervescencia artística. Y aquí, fuera de paréntesis, quiero abrir un espacio para dimensionar esto. En lo que llevo en mi ciudad natal, a la que he dejado y regresado por periodos de uno a dos años, me doy cuenta de que la actividad artística no está restringida a los meses que cierran el año. Hay actividades cada semana, casi cada día, y en múltiples escenarios. Algunas cuestan y otras no. Y en mis diálogos, en mis entrevistas, en mis conversaciones casuales, lo que las personas me dicen una y otra vez es que falta difusión. Sí, a lo mejor mucho corre por las frías aguas de las redes sociales, pero falta que las personas sepamos, cuando andemos por la calle, qué es lo que ocurre en los espacios dedicados al arte. Que sepamos que Hermosillo es una ciudad en donde se ejecuta una cartelera artística. Ver que se ofrecen experiencias artísticas continuamente nos ayudará a entender que esta locura tiene método, y ese método es una profesión, y como toda profesión, conlleva una responsabilidad social, una que ofrece a nuestra gente una manera de reflexionar sobre los hechos que vivimos. 

He prestado atención. Lo que vemos ahora mismo en las calles son espectaculares de personas que vienen de lejos. Arjona. HASH. John Milton. Y si no es esto, vemos a influencers en una enigmática campaña que intenta venderte gasolina de cierto vendedor. O una foto del gobernador o del alcalde que nos quiere decir que están haciendo su trabajo bien. Es cierto, la publicidad cuesta, y dinero es una de las cosas que más hacen falta en las iniciativas artísticas. Pero debe haber una forma… Un avión que cruce los cielos con los versos de una obra teatral, no, más económico…; un proyector que se monte en una bicicleta y vaya dando proyecciones de publicidad artística mientras rueda por las calles de Hermo…, no, demasiados baches; simplemente alguien, a la vieja usanza, que con megáfono grite a su pueblo: “¡Vamos al teatro, vamos a ver el nuevo espectáculo!”. Porque, a fin de cuentas, esto que se encumbra a veces sobre la altura de los pedestales, esto que llamamos arte, no me parece más que una forma inteligente de entretenernos. Aquí ya escucho a mis detractorxs. 

Yo fui uno de aquellos que consideró imposible, en algún tiempo, que el arte y el entretenimiento pudieran estar en la misma trinchera. Y ahora, gracias a todos los registros que generé sobre lo que he experimentado en cada función, pienso que efectivamente el arte es otra forma de entretenernos, pero su inteligencia recae en su cualidad de pausar el ritmo acelerado de nuestras vidas, de generar un espacio dentro de ella, una dimensión en donde se ponen en juego elementos, tan diversos entre ellos, como la nostalgia, la risa, la parodia, la ridiculización, el humor negro, lo cliché, la confusión, los enigmas, la sorpresa… Como cualquier otra forma de entretenimiento, lo que se busca con los desvelos artísticos es darle un sentido a nuestro paso por la vida para que no todo quede en suspiros y desalientos. En el arte encontramos un reflejo y, más aún, una amplificación. 

Pero, ¿arte de calidad?

Sin duda, mucho de lo que he escrito es el resultado de algunas conversaciones que he tenido con Paulo, quien constantemente afirma que el trabajo que hace tanto la Compañía Teatral del Norte como la casa de El Mentidero tiene como propósito acercar a las personas a la experiencia del escenario, sea como público o artista. Si bien su visión parte del goce por ver que el público se divierte con una actividad que no ha sido de las más populares en esta región del norte de México, procura la integración de perspectivas, de voces, de propuestas, para ofrecer arte de calidad (a lo que yo agregaría: la calidad del arte puede definirse por ahora con simpleza en palabras de Luigi Amara: una puerta giratoria que nos devuelva –transformados– al lugar por el que entramos).

Yo soy de esos que piensan que no todo puede ser diversión. Y no soy el único. Porque cuando cierro los ojos y pienso en esta compañía, cuando pienso en su arduo trabajo, y veo a Carlos, Nicole, Daniel, Fabiola, Felipe, Gaby, Klear, Manuel, Neida, Paulo, Rodolfo, Luz, Sergio, sé que lo saben. Saben que se requiere de mucho trabajo y esfuerzo para ofrecer calidad. Así fue durante el 2022. Así continuará este año 2023. Porque los resultados lo valen. La memoria y los registros del futuro lo dirán. No queda más que decir. Bueno, tal vez: es esta la tercera llamada. Continuamos.

Puedes consultar la Memoria 2022 en el siguiente enlace: https://www.mentidero.mx/memoria2022/

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