Hamlet, príncipe de Sonora
El montaje, dirigido por Paulo Galindo, expone sin filtros las pasiones humanas más oscuras: la ambición, la lujuria, la venganza, la envidia. Aquí no hay solemnidad, hay tensión. No hay castillos, hay estructuras metálicas. No hay cortes reales, hay un escenario sobre ruedas en un patio urbano.